Él es Alfonso, un LUCHADOR, así, con mayúsculas. Conocí a Alfonso tan solo dos minutos antes de retratarle, y es un tipo muy carismático y que rebosa optimismo y buen rollo, a pesar de la enfermedad que le diagnosticaron hace unos años y que le obligó a jubilarse muy joven.
Con él nos hemos saltado un poco las "normas" del proyecto y nos hemos salido del guión establecido. Él y su familia llevan toda la vida trabajando en su próspero negocio familiar, y recientemente han tenido que cambiar el nombre a uno de sus productos más exitosos, los populares y deliciosos polvorones "El Toro Vega", debido a la presión recibida a raíz de la polémica surgida en los últimos años sobre el festejo taurino que se celebraba todos los años en Tordesillas.
Uno de los trasfondos principales de este proyecto es mostrar a los habitantes de Tordesillas con su semblante serio, a veces de enfado o de cansancio, después de muchos años sufriendo presiones y faltas de respeto. Y el contrapunto, su rostro alegre, sonriente, feliz por vivir en Tordesillas.
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